viernes, 28 de febrero de 2014

Día de Andalucía 2014

  ¡Feliz Día de Andalucía!


 Para celebrar el día de nuestra comunidad autónoma, el pasado 21 de febrero disfrutamos de un tradicional desayuno: chocolate, pan y aceite. Después, el alumnado participó en diversas competiciones deportivas de pádel, voleibol, ping-pong y ajedrez.
Desde la biblioteca queremos celebrar este día con una selección de poemas 
dedicados a las provincias andaluzas.

ANDALUCÍA, Manuel Machado   
Cádiz, salada claridad; Granada,
agua oculta que llora.
Romana y mora, Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva, la orilla
de las Tres Carabelas...
y Sevilla.


ALMERÍA, Juan Morales Rojas
En ti se mira el mar bella Almería.
Alma del mar que toca con sus dedos
entre los verdes pámpanos, viñedos
con que corona a Baco Andalucía.
Crótalo de tu baile la poesía
que en el encanto de tu cante afina,
porque esta tierra es andaluza y fina
y cuando eleva con cordura y tino
de sus pámpanos verdes un racimo
¡A su trasluz se ve la luz marina!

CÁDIZ, Pablo Neruda
Amarrada a la costa como una clara nave,
Cádiz, la pobre y triste rosa de las cenizas,
azul, el mar o el cielo, algunos ojos,
rojo, el hibiscus, el geranio tímido,
y lo demás, paredes roídas, alma muerta.
Puerto de los cerrojos, de las rejas cerradas,
de los patios secretos serios como las tumbas,
la miseria manchando como sombra
la dentadura antigua de una ciudad radiante
que tuvo claridad de diamante y espada.

CÓRDOBA, Luis de Góngora
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!
¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
Que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre glorïosa patria mía,
Tanto por plumas cuanto por espadas!
Si entre aquellas rüinas y despojos
Que enriquece Genil y Dauro baña
Tu memoria no fue alimento mío,
Nunca merezcan mis ausentes ojos
Ver tu muro, tus torres y tu río,
Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!

GRANADA, Camilo Valverde
Es la Alhambra princesa misteriosa
sitiada por devotos pretendientes;
la abruman de requiebros tan ardientes
que, tímida, se oculta silenciosa.
Su incisiva mirada brilla airosa,
prendida en sus ojazos complacientes,
al rumor de arabescos relucientes
ebrios de sol en brisas armoniosas.
Doncella recatada, con finura,
encubre su elegancia recoleta,
reservando discreta su hermosura.
Al arrebol, se adorna muy coqueta,
y, vistiendo de aromas su ternura,
sólo espera el abrazo de El Veleta.

HUELVA, Juan Carlos Morales Rodríguez
La provincia occidental
de la andaluza región
limita con Portugal
desde su bello rincón.
Por el norte, Extremadura,
propia personalidad,
y por el sur, mar y dunas
en el marco regional.
Obligado es visitar
La Rábida, el Monasterio
desde tiempo medieval
cuna de tan gran imperio.
El frescor de sus marismas
el mundo está celebrando
cuando a todos ensimisma
y le canta por fandangos.

JAÉN, Miguel Hernández
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

MÁLAGA, Antonio Parda
En mi Andalucía del alma
hay una ciudad preciosa,
es la Málaga asombrosa
que a mi me trajo la calma.
Situada junto al mar,
entre montes y entre pinos
quienes en ella vivimos
no dejamos de gozar.
De gozar su hermoso sol
de gozar de su alegría,
y sus hermosos vergeles.
La enmarca un bello arrebol,
en su preciosa bahía...
¡Málaga, que bella eres!

SEVILLA, Mercedes de Velilla

¡Sevilla! suelo fecundo
lleno de luz y grandeza,
¿qué diré de tu belleza,
que ya no haya dicho el mundo?
Nunca mi afecto profundo
pudo elevarte canciones;
más hoy que, en otras regiones,
de verte la dicha pierdo,
es para mí tu recuerdo
manantial de inspiraciones.
¡Patria! A pensar y a sentir
en tu recinto empecé,
yo que en la gloria soñé,
fui por ella a combatir.
Mi frente no ha de ceñir
el laurel de la victoria;
mas aunque olvide la historia
mi nombre desconocido,
si no merezco tu olvido
¿para qué quiero más gloria?

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